Hoy amaneció el día lluvioso, pero la lluvia no nos impidió jugar por el pueblo al juego de banderas. Por la tarde, después de reparar fuerzas con una riquísima comida, hicimos la marcha nocturna. El tiempo nos respetó y pudimos disfrutar de unas vistas estupendas. Llegamos a la campa a medianoche, algunos tomamos un calducho caliente y todos... ¡A dormir!