MISA DOMINICAL. 1º Marzo 2015

DOMINGO II de CUARESMA (B)

 “Se transfiguró”

 

Amigos: La luz nos da seguridad y nos alegra el corazón. La oscuridad nos da miedo y nos pone tristes. Hoy Jesús, en el evangelio, se va a mostrar a sus amigos como “lleno de luz”, “transfigurado”. En este camino de cuaresma este evangelio de Jesús nos ayuda a mirar a la Pascua: meta llena de luz.

 

«La espiritualidad cristiana -ha escrito Juan Pablo II- tiene como característica el deber del discípulo de configurarse cada vez más plenamente con su Maestro», de tal manera que -a través de una asiduidad que podríamos llamar "amistosa"- lleguemos hasta el punto de «respirar sus sentimientos». Pongamos en manos de Santa María la meta de nuestra verdadera "trans-figuración" en su Hijo Jesucristo.

 

 

PRIMERA LECTURA (Génesis 22,1-2.9-13.15-18)

Lectura del Libro del Génesis:

En aquellos días, Dios puso a prueba a Abrahán, llamándole: “Abrahán”. Él respondió: “Aquí me tienes”. Dios le dijo: “Toma a tu hijo único, al que quieres, a Isaac, y vete al país de Moria y ofrécemelo allí en sacrificio”. Abrahán no entendía nada de lo que Dios le decía, y menos lo de sacrificar a su hijo único.

Pero obedeció a Dios y, habiéndole dicho a su hijo que lo acompañara a la montaña, después de atarlo, se disponía a realizar el sacrificio. Entonces el ángel del Señor le gritó desde el cielo: “Abrahán, Abrahán”. Él contestó: “Aquí me tienes”. Le ángel le ordenó: “No alargues la mano contra tu hijo ni le hagas nada. Ahora sé que quieres a Dios, porque no te has reservado a tu hijo, tu único hijo”. Y continuó diciendo el ángel, en nombre del Señor: “Por haber hecho esto, te bendeciré y multiplicaré tus descendientes”.

Palabra de Dios

 

EVANGELIO (Marcos 9, 2-10).

“Se transfiguró delante de ellos”

NARRADOR

Lectura del santo evangelio según san Marcos. En aquel tiempo, Jesús se llevó a Pedro, a Santiago y a Juan, subió con ellos solos a una montaña alta, y se transfiguró delante de ellos. Todos sus vestidos resplandecían. Y se les aparecieron Elías y Moisés conversando con Jesús. Pedro, entonces, tomó la palabra y dijo a Jesús:

PEDRO

Maestro, ¡qué bien se está aquí! Vamos a hacer tres tiendas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elías.

NARRADOR

Estaban asustados y no sabía lo que decía. Se formó una nube que los cubrió con su sombra, y una voz desde la nube decía:

PADRE

Éste es mi Hijo amado. Escuchadlo.

NARRADOR

Al alzar los ojos no vieron a nadie más que a Jesús, solo con ellos. Cuando bajaban de la montaña, Jesús les dijo:

JESÚS No contéis a nadie lo que habéis visto hasta que el Hijo del hombre resucite de entre los muertos.

NARRADOR Esto se les quedó grabado y discutían qué quería decir aquello de “resucitar de entre los muertos”.

Palabra del Señor.