Capítulo 3º: Correspondiendo a nuestra visión del hombre y de la sociedad, educamos para:
-
La convicción de que la persona se hace y crece dentro de si, que se valora mas por la fuerza y la calidad de sus motivos, de sus razones para vivir que por su riqueza material.
-
La solidaridad y fraternidad entre los hombres, intentando llegar a verlos como hijos de Dios y hermanos de Cristo. Aquí esta para nosotros la clave de todo lo demás.
-
La paz, la convivencia, la comunicación entre los hombres y los pueblos enraizados en sus tradiciones, con un espíritu abierto, dialogante, flexible, ajeno a toda forma de violencia.
-
La responsabilidad personal, el sentido del deber, el orden y disciplina, la asunción del trabajo como enriquecimiento de la propia persona y como ineludible aportación a una sociedad desarrollada.
-
El sentido de la justicia en las relaciones personales y en las estructuras de la sociedad.
-
La libertad personal, en un proceso de progresiva liberación de los condicionamientos internos y externos.
-
Para participar de un modo efectivo en el desarrollo de la sociedad a través de la vida profesional.
-
La sensibilidad ante toda forma de deshumanización: injusticia, discriminación, violencia, insolidaridad y destrucción del medio ambiente, que le mueve a poner su vida al servicio de la fe y la promoción de la justicia.
-
La visión positiva del hombre y del acontecer humano motivando la esperanza y la alegría que deber ser el talante habitual de educadores y alumnos.